“El martes por la tarde no podré quedar chicas, tengo hora con el psicólogo” “¿Vas al psicólogo? ¿Tía es que estás loca?”
Desgraciadamente sí. A pesar de que somos conscientes de que nuestra salud mental es fundamental en nuestro día a día, una parte importante de la población sigue mostrando cierta reticencia a visitar a un psicólogo.
Ir al psicólogo es considerado un tabú para muchas personas, sobre todo porque tomar esta decisión implica reconocer que se tienen problemas que en un momento concreto no somos capaces de solventar sin ayuda. A esto hay que sumarle la vergüenza, el sentimiento de culpa, el miedo al qué dirán y pensarán de nosotros, la desconfianza…
Ir a terapia te ofrece un entorno seguro donde puedes expresarte y encontrar las herramientas necesarias que te permitan superar tus obstáculos diarios.
Hablamos con frecuencia de todas las visitas médicas que tenemos. Explicamos los detalles, hablamos del origen y de los tratamientos. Pero nunca contamos que estamos buscando un psicólogo o cómo nos está ayudando a gestionar emocionalmente lo que nos pasa. Pero ¿en qué se basa el tabú?
Existen diferentes falsas creencias que hacen que sigamos sin contar que nos sentamos cada semana frente a un psicólogo:
– Estoy loca. No es necesario sufrir una enfermedad mental para necesitar ayuda. De hecho, muchos tratamientos se enfocan a aliviar síntomas negativos, no grandes patologías.
– Soy débil. Reconocer que no sabemos enfrentarnos solos a todo es un acto de fortaleza y valentía, que acabará generando una mayor sensación de empoderamiento.
– Desperdicio dinero. Se trata de una inversión en ti y en tu calidad de vida. Es frecuente gastarnos dinero en tratamientos de belleza o en ropa, pero nos cuesta hacerlo en salud mental.
– Es una tontería lo que me pasa. Es uno de los pensamientos más extendidos. No hay forma de medir qué problemas son más o menos importantes. Si a ti te genera dolor y para ti es importante, debes buscar ayuda.
Una vez vistas qué falsas creencias hacen que las personas no se atrevan a contar a sus allegados que acuden a terapia, te voy a enseñar los beneficios que te aporta la terapia psicológica.
Superados los miedos y trabajando juntas, seremos capaces de mejorar tu bienestar y felicidad, obteniendo unos beneficios que marcarán un antes y un después en tu vida:
- Un espacio propio. La hora de la terapia supone para algunas personas el único momento semanal donde pueden dedicarse a ellos mismos, a entenderse y respetarse.
- Conocimiento emocional. Somos seres emocionales que reaccionamos a todos los estímulos del entorno. Sin embargo, muchas veces no sabemos cómo funcionan nuestras emociones, qué funciones tienen o cómo podemos gestionarlas.
- Perspectiva. Hablar con un profesional ayuda a cambiar el foco de nuestros problemas y verlos con perspectiva. Esto, aparte de disminuir el malestar, hace que podamos encontrar mejores soluciones que nosotros mismos no estamos viendo.
- Objetividad. Al querer superar una situación apoyándonos en nuestros seres queridos podemos encontrarnos con que no son objetivos. Esto sesga la visión y puede confundirnos.
- Felicidad. Mi objetivo principal es que seas feliz en todos los aspectos de tu vida. No dudes en ponerte en contacto conmigo y tendremos una primera sesión online en la que podrás despejar todas tus dudas y comenzar a sentirte mejor.