Los celos patológicos (también conocidos como celotipia)  se caracterizan por la desconfianza y pensamientos constantes, de tipo obsesivo, sobre una posible infidelidad de la pareja.

Cómo identificar los celos patológicos.

1. Empiezas a invertir tiempo en investigar y vigilar a tu pareja: si le sigues, si le miras los mensajes del móvil, si lees sus correos electrónicos.

2. Llamas de vez en cuando para ver qué está haciendo: «nada, que te llamo para ver qué tal… ¿qué estás haciendo? ¿con quién dices que estás?».

3. Empiezas a inventar: en tu mente empiezas a imaginar que está con otra persona, que están hablando, que están flirteando, que están manteniendo relaciones sexuales…

4. Cuando hablas con tu pareja empiezas a sospechar que no te está siendo del todo sincer@: «no hace más que hablarme de su amiga… ¿no será que en realidad se está refiriendo a otro chico?», «no puede ser que siempre tenga trabajo extra, imposible que sea cierto eso de que se ha de quedar más tiempo en el trabajo».

5. Modificas tus horarios y tu vida para poder coincidir y controlar más a tu pareja: «mira, justo he podido salir antes del trabajo. ¿Hacemos algo?». Y esperas que te diga que sí, porque un «había quedado con X» o «pues yo saldré más tarde del trabajo» pueden resultar frases demoledoras.

6. Controlas las miradas y los gestos: cuando vas con tu pareja empiezas a controlar a las personas de alrededor, como tratando de evitar que la miren, y en caso de que lo hagan miras a tu pareja por si corresponde esa mirada o hace algún gesto.

7. Te molesta que se vista bien si no es para salir contigo: aunque sea para ir al trabajo o ir a comprar. «No sé para qué te peinas tanto si no vamos a salir», «no te compres ropa nueva que a mí ya me gusta la que tienes», «para qué pasarás tanto tiempo al espejo si a mí ya me gusta cómo estás».

8. Confundes tu comportamiento con amor: piensas que lo que haces es normal y así se lo explicas a tu pareja cuando se queja de que estás muy encima y que empiezas a molestar con tanto interrogatorio, que si lo haces es porque la quieres muchísimo.

9.  Acabas por tratar de controlar su vida: incapaz de encontrar las pruebas que demuestren que te está siendo infiel, acabas por «encarcelar el amor que vuela» y decides empezar a controlar su vida con los «no quiero que vayas», «prefiero que te quedes conmigo», «pues vámonos tú y yo, que no necesitas a nadie más», «me dijiste que volverías pronto y mira…», etc.

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